DIVISAR LA CREATIVIDAD

Los que seguís este blog sabéis de mi pasión y gusto por la lectura, son varios los post en los que os he comentado mis impresiones y sensaciones sobre alguna obra literaria o libro al que he tenido el placer de acceder; de hecho, una de mis secciones predilectas de un optio en Hispania es "mi biblioteca". 

Junto a Pedro González y Juan Antonio Flores

También conocéis que esta afición por los libros viene de muy pequeño siendo la biblioteca de mi localidad natal todo un referente de experiencias y recuerdos entrañables en torno a la cultura asentando en mi esa predilección por el silencio y la quietud de estos verdaderos templos del saber.

Esperamos con anhelo un nuevo libro de Pedro González Coello

Ese amor por la lectura, con altibajos como todo en la vida, ha continuado en el presente siendo la Biblioteca Pública de Ciudad Real uno de los laberintos donde me encuentro menos perdido en esta vorágine que representa nuestra forma de vida actual.

Compartiendo mesa literaria con estos dos compañeros y amigos

Desde hace tiempo estoy trabajando en un proyecto con el cual anhelo ponerme al otro lado del universo literario, esto es, pasar a ser narrador de historias, plasmar en papel esas aventuras que rondan mi cabeza y que han tomado forma poco a poco, aunque es una tarea que en ocasiones me resulta algo titánico e inabarcable.

El ecosistema ideal para la creatividad

La mejor manera de llevar a buen puerto esta idea es tener como referente a persona cercanas que han conseguido fondear ese velero de inquietudes que representa escribir a las aguas seguras de la publicación.

Uno de los laberintos en los que me encanta perderme

En este sentido percibo como mi rosa de los vientos de la creación literaria a dos compañeros y amigos con los que trabajo y convivo, aprendiendo de ellos cuales son los mejores vientos en la singladura, que corrientes hay que seguir o que zonas son las más propicias para fondear la galera de la creatividad.

Reunión de escritores en la librería Serendipia

Me refiero a Pedro González Coello y Juan Antonio Flores, escritores y creadores de historias y reflexiones que han publicado sus pensamientos a lo largo del tiempo en libros que ya ocupan un espacio eterno en la biblioteca de la creación literaria.

Original ilustración para el certamen de microrelatos

Tuve la suerte de compartir con ellos una diminuta aventura literaria llamada "Relatos de Líliput", un compendio de microrelatos que significo mucho para mi al contemplar cómo lo que bulle en la cabeza de uno puede aterrizar en el terreno de la realidad tangible.

Todo un compendio de amplias historias

Pedro González Coello escribió hace algún tiempo un libro cuya vigencia es incuestionable y que debería tenerse mucho más presente a la hora de conocer, explicar y entender un momento trascendental de nuestra historia hispana, me refiero a su obra "Crónica de la Farándula. Viaje imaginaria al teatro de Almagro en el siglo de Oro" (ISBN-978-84-612-1128-9), una obra que rezuma investigación, conocimiento y amor por la literatura y el teatro.

Sugerente portada de la obra de Pedro González C.

De igual forma Juan Antonio Flores ha realizado varias incursione en el territorio literario, iniciando dicho viaje con su primigenia "La caja de las fieras" con Hipatia de Alejandría como protagonista hasta sus títulos más recientes, "El día en que maté a Kurt Cobain", "Sísifo en Nueva York", "La sombra alargada de Stendhal" y "Tulbend 262", recogiendo en sus páginas las inquietudes, pensamientos y reflexiones de muchos años en torno a cuestiones políticas, sociales, culturales y artísticas.

Artillería literaria para la reflexión

Como he comentado, dos referentes en los que mirarse y seguir su trayectoria creativa demostrándose que hay grandes autores por descubrir y conocer, que existen escritores a los que la diosa fortuna les ha sido un tanto esquiva en lo que a la fama se refiere aunque no han perdido un ápice de calidad, rigor y calidad literaria.

Presentación del libro de microrelatos

Escritores cuyos libros están ahí esperando a que un lector cometa todo un acto transgresor y revolucionario en nuestros días, esto es, leerlos; por lo tanto seguiré la estela de estos trirremes del inconformismo y la creatividad literaria que representan mis dos compañeros y amigos a los que deseo la mejor de las singladuras.