domingo, 20 de enero de 2019

REDESCUBRIENDO LUGARES

Una de mis pasiones es viajar, conocer ciudades, paisajes o entornos naturales siempre con la sorpresa a flor de piel captando la esencia de esos escenarios únicos que están esperando al viajero a cada paso.


El Arcángel San Rafael, custodio de Córdoba, bendice a todos los que pasamos por el puente romano

No por haber estado muchas veces en un lugar dejo de mirarlo con curiosidad ya que cada nueva visita es una oportunidad de captar algo diferente y único, algo que no supe percibir la última vez que estuve allí como viajero o que vuelvo a rememorar con la felicidad que solo las pequeñas cosas proporcionan.


El sutil perfume de los naranjos y su estampa de belleza llenan el lienzo del mediodía cordobés

Y es que cada nuevo viaje es una oportunidad para descubrir cosas distintas, un olor que rememora en mi algo ya pasado, un color que se suma a mi paleta cromática personal, una luz distinta a la que captaron mis ojos la última vez que estuve allí, un sonido que sutil y liviano se cuela en mi memoria.


El gorgoteo del agua junto a la muralla nos relata leyendas ya olvidadas 

Da igual haber estado más de una vez en un lugar, al final nos atrapará su inmediatez y la certeza de que más allá de nuestra "comarca" como diría mi admirado J.R.R. Tolkien nos esperan aventuras únicas que merece la pena vivir, y en mi caso relatar.


Las calles cordobesas nos invitan a un paseo pausado por nuestra propia esencia

Y es por ello que os muestro aquí algunos retazos de mi último viaje, en este caso a la Córdoba califal, un lugar mágico que da la oportunidad al viajero de reencontrarse con esas sensaciones eternas que han quedado ancladas en sus calles, en su aire, en su luz y en sus piedras.


Al atardecer el viejo Séneca nos espera para conversar sobre qué somos y a qué aspiramos

Espero que os gusten estas instantáneas, o por lo menos que evoquen en vosotros aquel viaje personal en el que vuestros sentidos os hicieron sentir vivos. 


Todo cobra sentido cuando uno accede por la antigua Puerta del Nogal, uno de los siete pasos antiguos

Estaría bien que vosotros, amigos lectores de este post, compartierais con el resto de visitantes del blog esas rutas, ciudades o lugares que evocan en vosotros algo especial, así tendríamos nuevos paisajes para apuntar en nuestro cuaderno de viajes y proyectos.


Córdoba nos despide susurrando un "hasta pronto" liviano como el vuelo de los martinetes sobre el Guadalquivir