sábado, 27 de julio de 2013

Reporteros... Historiadores de la actualidad.

Alguien tiene que contarlo... Jon Sistiaga.

Desde hace tiempo sigo la trayectoria y el trabajo de un periodista que realiza una labor ardua y difícil, pero necesaria, un trabajo "en primera línea de combate", siendo esta frase casi literal, me refiero a Jon Sistiaga, reportero que ha cubierto conflictos en lugares tan dispares como Ruanda, Colombia, Kosovo, Irak o Afganistan.
De su trabajo destacaría la claridad expositiva, la implicación ética en momentos como los actuales de crisis moral y el análisis concienzudo de temas sobre los que elabora reportajes de una calidad periodística contrastada, siendo ejemplo de esta labor la obtención del premio de periodismo Ortega y Gasset o el Premio Ondas a la mejor cobertura periodística.

Especial interés generan reportajes realizados durante los últimos años para Cuatro Televisión, Canal Plus y CNN como por ejemplo "Amarás al líder sobre todas las cosas", en el que se infiltra en el intrincado laberinto de Corea del Norte, "Papi, cómprame un Kalashnikov" donde nos muestra la realidad de la posesión de armas en Estados Unidos o "Chernobyl, zona de alineación" en el que nos recuerda la cercanía del monstruo nuclear.
Sin duda, unos reportajes que nos clavan frente a la pantalla y nos hacen ver que detrás de la parafernalia y el espectáculo mediático generalizado se esconde, cual ultimo mohicano, un periodismo diferente, verdadero, en estado puro; rechazado, perseguido y vilipendiado por los círculos oficialistas de la información y del poder que quieren alimentar al "rebaño de consumidores de información" con noticias de usar y tirar, y por supuesto que no generen bajo ningún concepto reflexión, pensamiento crítico o preguntas incómodas.
Imbuido en la lectura del libro de Sistiaga  titulado "Ninguna guerra se parece a otra" se siente a flor de piel lo que significa ser reportero de guerra, la trascendencia que tiene esa forma de vida, recibiendo el impacto en nuestra retina del peligro y, en ocasiones, de la muerte que acecha a estos últimos gladiadores de la comunicación, como queda de manifiesto en las páginas de este escrito donde se menciona la terrible muerte de José Couso, cámara del canal de televisión Telecinco que acompañaba a Jon Sisitiaga en los días de la toma de Irak por parte del ejército norteamericano.
En el mismo contexto mencionaría a "Reporteros Sin Fronteras", (Reporters sans frontiéres), una organización no gubernamental internacional de origen francés, cuyo objetivo es defender la libertad de prensa en todo el mundo, especialmente a los periodistas perseguidos por su actividad profesional.
Para financiar sus proyectos esta organización edita, desde 1992, tres álbumes de fotografía cada año.
El pasado mes de mayo, con ocasión del 25 Aniversario de su fundación, Reporteros Sin Fronteras se asoció a la prestigiosa agencia Magnum Fotos para publicar su álbum aniversario "Magnum fotos, 101 Fotos por la Libertad de Prensa".
Después de adentrarse en estos caminos del reporterismo auténtico, uno se siente abandonado a su suerte como ciudadano cuando echa un vistazo al menú comunicativo al que le invitan a diario diferentes plataformas periodísticas que se definen así mismas como veraces y objetivas; que triste paradoja; uno suscribe las palabras de Jon Sistiaga, en mi caso doblemente: "Los periodistas somos una especie de notarios de la realidad o de historiadores contemporáneos"... 
Como cierre de este artículo os dejo un avance del último reportaje de Jon Sistiaga que se emitirá en breve en Canal Plus con el título " La América del Odio"... 


martes, 16 de julio de 2013

Rebelión en la Granja: la atemporalidad de Orwell.

"Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros".

Los agravios y desprecios que el ciudadano está recibiendo en los últimos tiempos hacen necesaria una revisión de los fondos del pensamiento para pertrecharnos frente a tanta ineptitud y soberbia por parte de numerosos adalides del poder que enarbolan el estandarte de la representatividad cuando en realidad defienden intereses espurios con el emblema de la tiranía y el egoísmo ribeteados en la cara interna de sus trajes de chaqueta.
Se hace ahora más necesario que nunca situar en el escenario de la actualidad a autores, libros y pensamientos que nos hagan despertarnos de este letargo inducido al que nos arrastran discursos narcóticos y palabrerías ponzoñosas esgrimidas por unos malos aprendices de Maquiavelo que campan a sus anchas por los valles del enriquecimiento bastardo y ruin.
Sirva como antídoto ante esta atmósfera irrespirable, propiciada por una continua putrefacción de ideales, la referencia a una lectura que nos guiará como una antorcha en la noche frente a la negrura provocada por la incompetencia de la que parecen no sentirse avergonzados "polititiriteros" y trileros de las urnas, que más bien alardean de esa actitud cual niños consentidos frente a una macabra travesura.
Dicha lectura es el libro escrito por George Orwell en 1945 titulado "Rebelión en la Granja" (Animal Farm) en el que el escritor inglés plasmó una historia satírica en la que unos animales expulsan de una granja a los humanos imponiendo un sistema de gobierno que se convierte en una tiranía brutal.
La primera interpretación de esta obra literaria es la que realizó el propio autor criticando el sistema político imperante en ese momento en la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) bajo el yugo de Stalin y con el telón de fondo de una Segunda Guerra Mundial que llegaba a su final.
Pero un análisis más profundo nos hará llegar al mensaje de actualidad que encierran las páginas de esta obra de Orwell, al encontrar en cada una de las páginas un perfecto y claro análisis de la corrupción que engendra el poder, tanto a nivel nacional o internacional, como a niveles más domésticos y cercanos.
Los personajes de este relato muestran los diferentes estereotipos que nos podemos encontrar en una estructura de poder, trascendiendo la simplista ecuación opresores y oprimidos, mostrando de una manera clarividente a los diversos estratos intermedios que marcan de manera decisiva la dirección de los acontecimientos de una sociedad.
No revelaré aquí los entresijos del argumento, pero si recogeré el blasón utilizado por Orwell para guiarnos por toda la obra:
"Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros".
Tras estas palabras se encierra la clave no solo de este libro, sino de muchas de las situaciones a las que somos obligados a asistir, cual espectadores raptados por una mala compañía de bufones y saltimbanquis de lo superficial y zafio.
Suele venir a mi mente esta cita "orweliana" en momentos en los que se escuchan despropósitos verbales tales como "Máxima transparencia", "Estado contrastado de Derecho", "Democracia Madura", "Igualdad de todos los ciudadanos...", "Voluntad de servicio público", "Representantes del pueblo", "Justicia y equidad", "Independencia...", "Soberanía popular", "País desarrollado", haciendo extensible esta sensación cuando nos tenemos que enfrentar a imágenes que golpean nuestras retinas tales como "Intervenciones oficiales a través de televisiones", "comparecencias prefabricadas", "periodistas serviles con preguntas de cartón piedra" y así hasta el infinito y mucho más como se decía en aquella entrañable película.
En los tiempos actuales se hace imprescindible la lectura de esta obra atemporal que merece una revisión continua; con la música de fondo del grupo Pink Floyd, que inspirado en el libro de George Orwell, creó en 1977 el disco titulado "Animals", recomendando especialmente sus tres canciones centrales con nombres tan relacionados con la obra como Dogs, Pigs (Three different ones) y Sheep.
Sirva como colofón de esta entrada las últimas frases de "Rebelión en la Granja" que nos deberían despertar dándonos cuenta de que todos somos iguales, aunque algunos se empeñen en "ser más iguales que otros"...

Dice así:
"... Doce voces estaban gritando enfurecidas, y eran todas iguales. No existía duda de lo que sucedía a la cara de los cerdos. Los animales de fuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era posible discernir quién era quién".




lunes, 8 de julio de 2013

Un vídeo para pensar... o no.

Una "inocente" viñeta.

Especial interés merecen aquellos creadores que utilizando sencillos elementos fabrican espejos de realidad frente a los que mirarnos mostrando nuestros defectos e imperfecciones, que están ahí por mucho que nos empeñemos en ignorarlos, ocultarlos o disimularlos.

En el caso de las crisis y sus múltiples interpretaciones y derivaciones, hoy os propongo el "espejo" de un viñetista, Aleix Saló, que cuenta con varios montajes que son una carga de profundidad hacia lo que ha sucedido en los últimos años en nuestro país.
Estos cortometrajes de animación marcan una forma original de mostrar ideas (se esté de acuerdo con ellas o no), aunque deja claro que algo tan "inocente" como un dibujo puede ser tan contundente como el mejor de los discursos, recordemos el acierto en sus creaciones de El Roto.
Indiferencia, pasividad, interés, preocupación, ira, simpatía, horror, desánimo... pueden ser algunos de los efectos secundarios de este corto, cual medicamento que en ocasiones debemos tomar aunque no nos guste su sabor o su aspecto... 
Aquí os dejo "Españistán, de la burbuja inmoviliaria a la crisis", un espejo en el que podremos vernos como sociedad, aunque también podemos pensar que se refiere en realidad a otra sociedad no a la nuestra, tan moderada, equilibrada, sostenible, culta, racional, ética, solidaria... como cuando uno se mira frente a un espejo y piensa que esa imperfección corporal no es en realidad tal sino un defecto del propio espejo... allá cada cual.



sábado, 6 de julio de 2013

Periodismo Vs. "Profesionales del Medio".

Periodismo Vs. "Profesionales del Medio".

Durante varias jornadas hace algunos meses me acompañó un libro de un periodista que es un referente cuando hablamos de utilización certera del lenguaje y de la argumentación coherente.
Me estoy refiriendo a Josep Ramoneda, filósofo y periodista, cuyos artículos en prensa e intervenciones en radio son todo un ejemplo de reflexión en torno a la realidad que nos rodea sin dejarse llevar por servilismos o clientelismos, algo muy dado en el periodismo actual que suele autodefinirse como "profesionales del Medio".
En este libro Josep Ramoneda nos hace pensar en la actitud social frente a todos los acontecimientos que están derivando de esta crisis que va más allá de lo puramente económico... una lectura para ver con otra óptica todo el fulgor mediático de esos "aprendices de mucho y maestros de nada" con los que nos solemos topar en los rincones de las ondas, en las columnas de prensa o tras los rayos catódicos.
"Contra la indiferencia", el título es sin duda todo un alegato del mal que aqueja a nuestra sociedad, el letargo orientado e interesado al que nos inducen intereses políticos y económicos que se esconden  tras sonrisas "burlescas" que en el fondo esconde una mueca de prepotencia y soberbia, o como dirían los franceses, de "orgueil"...