lunes, 2 de junio de 2014

LA REALIDAD A TRAVÉS DEL CINE.

"... me encaramaba al sillón de mi abuela para poder ver en blanco y negro aquellas películas que daban paso a un intenso debate".

El cine es uno de los medios más cercano, rápido y efectivo que existe en nuestra sociedad contemporánea para poder comprender y analizar la realidad actual en sus diferentes prismas económicos, sociales, políticos y culturales. La realidad alienta a ese cine que a su vez alimenta a su fuente inspiradora creando corrientes de opinión, expectativas, miedos, esperanzas o ilusiones, y es que no por casualidad se le ha denominado al cine como la "fábrica de sueños".


Igualmente ese poder de interacción e influencia en la vida de las personas le ha señalado también como "El Cuarto Poder", con unas acciones tendentes a su manipulación, vigilancia, censura o control según que casos.
Y evidentemente, no se puede olvidar el carácter creativo y cultural que le ha consagrado como "El séptimo Arte", tal vez el elemento que en ocasiones más se olvida y que sin embargo da el sentido primigenio a esta creación humana.
Llegados a este punto cabe preguntarse si, teniendo tanta importancia y trascendencia el cine a diferentes niveles, hoy en día el mundo fílmico es un elemento de análisis, estudio, debate y conocimiento en los diferentes medios de comunicación en general y en la Televisión en particular.
Contestando a esta cuestión, vienen a mi memoria programas televisivos como La Clave, ¡Qué grande es el cine!, Cine Club o Butaca Especial, referentes del denominado Cineforum, aunque con un formato distintivo en cada caso.



Y es que en aunque en nuestros días la parrilla televisiva está llena de películas, series y films, que dan el contenido principal a la programación de la mayoría de las cadenas ocupando el prime time, no existen o son muy difíciles de encontrar programas en los que una determinada película proyectada sea el trampolín desde el que lanzarse a un debate, análisis o tertulia cinematográfica en el más amplio sentido de la palabra.


Por ejemplo, en el programa dirigido por José Luis Balbín y que se emitió en la segunda cadena de TVE hasta el año 1985, recuerdo como, aún siendo muy pequeño, me encaramaba al sillón de mi abuela para poder ver en blanco y negro aquellas películas que daban paso a un intenso debate tras el cual se recomendaban libros y publicaciones para profundizar sobre el tema en cuestión. Recuerdo sus tres monos y su sintonía que todavía hoy rememora en mi recuerdos de una época donde ya el afán por saber y conocer generaba en mí curiosidad por aquella vieja televisión en blanco y negro de mi abuela.


Pasó el tiempo y el testigo del cine como pretexto de diálogo fue recogido por José Luis Garci, también en TVE, cuando en 1995 llevaba a cabo un programa para, como decía el slogan, "una inmensa minoría". Todavía recuerdo hoy el humo en esas tertulias cinematográficas dando una atmósfera londinense única a un programa cuyo decorado con aquellas sombras chinescas era reclamo para los que amamos el cine.



Pero, ¿qué ha sucedido con este formato televisivo?, ¿es que esta forma de programa aburre?, ¿es que la estructura película - tertulia - reflexión asusta?.
Me resisto a creer que un formato televisivo tan magnífico, con tantas posibilidades culturales, lúdicas y pedagógicas no sea considerado por los programadores televisivos actuales, máxime cuando la tecnología actual ayudaría al desarrollo de los mismo. Tal vez el problema esté en eso precisamente, que no se trata de tener más o menos medios, recordemos que los dos programas que hemos mencionado se desarrollaron en una época en la que la televisión española estaba dando sus primeros pasos, y sin embargo alcanzaron unos niveles de calidad incuestionables, tal vez todo dependa de algo tan sencillo como la voluntad, o mejor dicho, la falta de voluntad por este formato televisivo que ha quedado relegado a televisiones locales, algunos programas de radio o en foros de internet.



Se nos habla en muchas ocasiones de la falta de calidad de la televisión, de la carencia de ideas nuevas o de la falta de interés de los telespectadores, pues ahí tienen las cadenas televisivas una veta abandonada en su momento, pero que seguro daría buenos réditos para, utilizando una vez más la frase "una inmensa minoría" dentro de la cual me encuentro desde hace muchos años. 
Aquí os dejo un programa completo de aquel ¡Que grande es el cine! dedicado en este caso a la genial obra del maestro Hitchcock: "Con la muerte en los talones"