domingo, 25 de agosto de 2013

La lectura, acción sublime.

"El vuelo de los libros nos indica el horizonte del futuro"

Poco a poco languidece el tiempo estival y volvemos a las rutinas sincronizadas del día a día; a lo largo de este caluroso tránsito hemos intentado, y en ocasiones hasta conseguido, realizar acciones que el resto del año nos están vetadas por unas causas u otras.

Uno de los ámbitos donde suele suceder esto es el de la lectura, en diferentes lugares escuchamos "para este verano tengo previsto leer este libro" o "ahora es el momento de coger ese libro que me han recomendado", sin duda que alguien leyendo es una de las imágenes propias de playas, piscinas, parques y demás lugares donde uno intenta encontrar esos remansos de paz casi en extinción.
Nos debería hacer de pensar el hecho de que ubicamos esa acción ritual de la lectura en unos momentos y circunstancias muy especiales de tranquilidad, sosiego, calma, relajación... y todo ello acompañado de un  verdadero antídoto contra los males que nos acechan en esta sociedad actual de las prisas y la mediocridad, un libro, un arma arrojadiza contra la incompetencia, la ignorancia y la manipulación, en definitiva "el arma definitiva" como recogería un guión de acción de cualquier film de Hollywood.
Mi pasos me llevan a pensar que ese objeto de culto que significa  un libro debería acompañarnos más allá de estos momentos de canícula y pasar a formar parte de nuestro equipaje vital a lo largo de las postreras jornadas de camino que uno tiene por delante.
Este final de verano se convierte también en un momento de reflexión sobre lo hecho y lo que se va a hacer, rememorándose acciones que uno se prometió así mismo cumplir cuando las doce campanadas de Sol anunciaban un nuevo dígito vital... es la revisión de la bitácora personal, y en ella encontramos entre otras muchas anotaciones la de la lectura.
Aumentar la biblioteca personal de lo leído, que es en definitiva, lo revivido, lo pensado, lo soñado, es lo que perseguimos los lectores que en estos días hemos saludado a viejos amigos que estaban ahí esperando a estrecharnos la mano con ese aroma inconfundible a papel y esa textura rugosa, recordando su origen arbóreo primigenio.

Visitaremos las bibliotecas y librerías, templos de la sabiduría que nos arropan contra las inclemencias de la realidad; leeremos y reflexionaremos; intercambiaremos ideas, opiniones y pensamientos; compartiremos dudas y preguntas, y así nos daremos cuenta de que la meta de esta acción genuina no está en finalizar un libro, sino en el camino que realizamos en esa acción sublime.
Para terminar esta reflexión veraniega y cogiendo un ritmo más constante en la inclusión de entradas en esta pequeña ilusión que significa este blog, recojo aquí un vídeo inspirador que nos da buena muestra de hasta qué punto tenemos en un libro ese faro que nos guía tanto en la calma como en la tormenta de la vida... Buena singladura con la rosa de los vientos marcando nuestro rumbo hacia ese horizonte de esperanza que es la cultura.