En un post anterior titulado "Malditas sean todas las guerras" reflexionaba sobre la invasión del territorio soberano de Ucrania por parte de Rusia y cómo la Historia, una vez más, se escribía con la sangre de los inocentes y de las personas anónimas.
Niños y animales unidos en el sufrimiento |
Este post continúa esa reflexión poniendo el foco ahora en los más inocentes entre los inocentes, en este caso los animales que sin entender qué sucede a su alrededor se han visto expuestos, una vez más, a la maldad y la crueldad humanas, esa faceta que convierte al hombre en una despiadada bestia frente a los desprotegidos animales.
Numerosos dueños hicieron frente a infinidad de dificultades para poder salvar a sus animales |
En los primeros días de invasión miles de ciudadanos ucranianos abandonaron sus casas prácticamente con lo puesto y, en muchísimos casos, además de su familia humana, llevaron también a sus animales de compañía, debiendo situar en la escala de mayor dignidad posible a esas personas que entendieron que poner a salvo a hijos incluía también a esos seres de cuatro patas que les miraban con cara de sorpresa e incomprensión.
Muchos niños y niñas se han convertido en "héroes" protegiendo a sus mascotas |
Justo es decir que no todas las personas actuaron igual, muchos animales fueron abandonados, dejados a su suerte o literalmente encerrados exponiéndolos así a una muerte segura que enfatiza e iguala a unos y a otros en la crueldad; pero ya lo comentaba en alguna entrevista Arturo Pérez-Reverte al decir que en enfrentamientos bélicos había visto como corresponsal de guerra lo mejor y lo peor del ser humano y que, los animales eran también víctimas de esa barbarie bélica.
Alisa cargó con su perra anciana casi veinte kilómetros para salvarla |
En esta situación de guerra que dura ya cuatro largos meses y donde los jinetes del apocalipsis se han hecho dueños y señores de ese territorio, es preciso recordar historias de heroísmo anónimo como por ejemplo la del ex fotógrafo italiano Andrea Cisterino, que decidió quedarse cerca de Kiev para no abandonar a su suerte a más de cuatrocientos perros de una protectora de animales, aún a riesgo de perder su vida.
Andrea Cisterino en la protectora de animales que se negó a abandonar |
Porque eso precisamente es lo que le sucedió a Anastasia Yalanskava, una joven ucraniana de 26 años asesinada junto a dos compañeros voluntarios cuando se dirigía a Bucha, a treinta kilómetros al noroeste de Kiev para entregar comida a un refugio para perros, ya que los animales llevaban más de tres días sin comer; su coche fue literalmente acribillado por las tropas rusas.
Anastasia Yalanskava, asesinada por soldados rusos |
Estos son algunos ejemplos de innumerables historias de animales que están aconteciendo en ese territorio tocado por la mala suerte y que no son noticia, que no aparecen en las portadas de los periódicos digitales ni abren la crónica de los noticiarios más preocupados por frivolidades banales e insulsas.
El shock sufrido por millones de personas no será fácil de superar |