jueves, 2 de abril de 2015

EDITORIALBLOG. Lo realmente importante.

"... hablando con uno mismo sobre lo que realmente importa que es muy poco".

Una vez más frente al teclado para intentar plasmar pensamientos, vivencias, añoranzas y anhelos. Hoy quiero reconciliarme con muchas acciones que a lo largo del fatigoso camino de la vida me ayudan a seguir la senda del día a día y dar un paso más aunque en ocasiones uno lo cree estéril e inútil
Un rincón único...

Sentarme a la sombra de un roble y escuchar "Una tarde de sol" de Manolo García, uno de mis artistas referenciales cuyas letras me transportan a lugares y momentos atemporales.
Entornar los ojos levemente y leer sin prisas "El hombre que plantaba árboles" de Jean Giono mientras que de fondo escucho el canto de pájaros que ejercen su libertad con el descaro de lo esencial.


Disfrutar del aroma del pan recién tostado mientras que a mi memoria acuden pensamientos de seres queridos que aunque ya no están siempre perdurarán.
Pasar mi mano sobre la efigie de mis queridos animales sintiendo su vitalidad y nobleza que no entiende de apariencias, sino de verdades sin palabras.



Capturar con mi cámara instantes que se convierten en eternos y que son billete a lugares y momentos que nada ni nadie puede arrebatar a uno.
Correr por trabajados caminos de tierra, sin exigencias, sin prisas, sin obligaciones, hablando con uno mismo sobre lo que realmente importa que es muy poco.


Sentarme en la silla de parar las prisas y mirar ensimismado esa escena única de "El Club de los Poetas Muertos", mientras que de mi garganta surge con fuerza "Oh Capitán, mi capitán".
Saborear ese dulce y aromático melón que me lleva a tiempos de huerta y de riego donde mis mayores se ganaban la vida con una dignidad incontestable.


Hoy quiero simplemente descansar en esta orilla del camino para seguir el próximo día, pero hoy no, hoy deseo parar un momento y disfrutar de lo que realmente merece la pena.