miércoles, 31 de mayo de 2023

INTELIGENCIAS o ARTIFICIALES

Se teclean unos parámetros determinados, se esperan unos segundos y ahí está, un texto surgido de la magia cibernética o una imagen creada por la denominada IA, la Inteligencia Artificial; ¿respuestas a nuestros anhelos existenciales?, ¿búsqueda de nuevos conocimientos?, ¿ejemplo de desorientación y angustia existencial?, detrás de cada teclado hay un ser humano que espera que el nuevo oráculo de Delfos le vaticine su porvenir digital.

Y es que desde tiempos inmemoriales las sociedades han buscado fuera de sí lo que por desconocimiento, desidia o irresponsabilidad no han encontrado en su interior; en el pasado se visitaban lugares de poder como el Templo de Apolo en Grecia, considerado el ombligo del mundo, recurriendo a las pitonisas que, con un lenguaje críptico y extraño, conectaban con lo divino, y ¡ay de aquel! que pretendiera emprender una empresa sin los buenos augurios de estas sibilas de la antigüedad griega o romana.

En nuestro frenético discurrir diario está aconteciendo algo parecido con la IA que se ha convertido, en un tiempo, fugaz en un nuevo nuevo ombligo primigenio al que acudir buscando respuestas a las eternas preguntas, aquellas que deberíamos generar desde dentro y que nos resignamos empecinadamente a recibir por parte de unos algoritmos a los que asignamos con admiración la preeminencia de la indagación desde nuestro complejo de inferioridad manido y perenne.

Recientemente he comenzado a experimentar con la IA, (las imágenes que ilustran este post son el resultado de estas indagaciones), esta herramienta digital como me obligo a calificarla, para ver su alcance y potencial; he leído a diversos gurús tecnológicos para conocer puntos de vista diversos y he vivido la sensación del alquimista que ve como los elementos transmutan generando algo nuevo, en este caso en el laboratorio tecnológico que supone un ordenador.

Algunos de los resultados de dichas indagaciones os lo muestro aquí, para que analicéis vuestras sensaciones y pensamientos tras su visionado, tal vez sea como mirarse al espejo de las vanidades efímeras de nuestros días, como contemplar un espejismo en el desierto de la alineación actual o como auspiciar lo que nos gustaría ser y conocer desde la comodidad vaticinada por Aldous Huxley en su Mundo Feliz.

Autores que han reflexionado sobre esta nueva revolución tecnológica han sido, entre otros, Jerry Kaplan, Nick Bostrom,  Olle Häggström o Richard Susskind, con posicionamientos diversos o controvertidos, pero que es preciso conocer para generar en nuestra mente aquello que buscamos fuera, la creación de un pensamiento crítico y autónomo sobre este reto de futuro presente.

Significativa me ha parecido la opinión del historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari al respecto de la IA, planteando que "por primera vez en la historia hemos inventado algo que nos arrebata el poder... La bioingeniería puede poner punto final al Homo Sapiens", y es que sus libros son oráculos premonitorios que se deben tener en cuenta en este juego sin reglas donde las apuestas son muy altas y los premios están por dilucidar.

Otra biblioteca alejandrina a la que nos debemos acercar para generar nuestros propios algoritmos de pensamiento sería, sin duda, la del cine, viendo como esta creación mágica de finales del siglo XIX nos ha mostrado su conocimiento sibilino de lo que está por llegar con respecto a la Inteligencia Artificial; ejemplos paradigmáticos serían el film "I.A" dirigido por el mago de Hollywood Steven Spielberg, la mítica "Tron" dirigida por Steven Lisverger, la desconcertante saga "Matrix", la película de culto de Stanley Kubrick "2001: Odisea del espacio" o mi idolatrada cinta de Ridley Scott "Blade Runner". 

Para terminar, os propongo algunos recursos más con los que retroalimentar ese proceso introspectivo necesario de generar unas estructuras mentales fuertes con las que hacer frente a los envites desalentadores de los visionarios de la IA; en este sentido se hace necesario mencionar obras literarias de gran calado como "Yo, robot" de Isaac Asimov, "¿Sueñan los androides con ovejas electrónicas?" de Philip K. Dick  o la ya referenciada en este post "Un mundo feliz" de Aldoux Huxley.

A diferencia de la IA, no tengo la respuesta a las innumerables preguntas que me generan estar al  borde de esta frontera donde somos pioneros sin elegirlo; viene a mi cabeza, todavía humana, la mítica escena donde HAL 9000 es consciente de que su desconexión significará su muerte; tal vez debamos ser precisamente conscientes de lo que puede sucedernos y anticiparnos para no terminar cantando "Daysi"; el tiempo nos lo dirá ¿o no?.




2 comentarios:

  1. !Enhorabuena por el post Antonio!
    La iA es para 'paladares gruesos'. Habiendo leído todos los libros que refieres, me atrevo a decir que el éxito de la iA deriva del engrosamiento de nuestro paladar intelectual: como no escuchamos buena música, ni leemos buenos libros o trabajos académicos, ni tenemos buenas conversaciones... lo que nos propone la iA nos parece maravilloso.
    Sabría responder acaso la iA a esta pregunta: ¿Sufre más el que espera siempre que aquel que nunca esperó a nadie? (Libro de las Preguntas, Pablo Neruda, 1974).

    ...para mediocres desesperados: ChatGPT

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  2. Muchísimas gracias por tu reflexión y aportación; de eso va este blog y sus post, de generar pensamiento, diálogo y consciencia. Un sincero saludo.

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Gracias por participar en este blog. Un saludo cordial.