Recientemente he realizado un pequeño tramo del Camino de Santiago, y sin duda, ha sido toda una experiencia a diferentes niveles, yendo por delante que hay muchos caminos y que cada persona que emprende esta aventura tiene distintas motivaciones para realizarlo.
Santiago de Compostela espera al caminante que llega al monte do Gozo |
En mi caso, hay pendiente un camino mucho más amplio y profundo, pero esta primera toma de contacto ha sido gratificante. El camino te ofrece desde el primer paso momentos, instantes e imágenes que quedan impresas para siempre en la retina y en el corazón del que tiene la sensibilidad para captar esa esencia que trasciende los tiempos y que emana de cada piedra, de cada árbol y de cada riachuelo que jalonan el paisaje.
La Naturaleza nos acompaña y nos protege con su manto de belleza y honorabilidad |
Uno de los primeros aspectos que me ha impactado ha sido la hermandad que existe entre los caminantes, todos damos pasos hacia algo que nos motiva: lo religioso, lo deportivo, lo artístico, lo espiritual etc, todo es válido como equipaje hacia una meta que trasciende lo puramente terrenal.
Viejas casonas con mil historias por contar a esos caminantes que acarician sus piedras |
Llevaba varios kilómetros de emociones cuando en una ligera pendiente vi a lo lejos un caminante que con sus pasos mostraba que el día sería muy duro para él ya que la cojera que mostraba denotaba un sufrimiento contagioso; es el peaje del caminante, el sufrimiento. Cuando me situé a su altura nuestras miradas se cruzaron y uno saludo de camaradería surgió con naturalidad. Era de Canarias y llevaba muchas jornadas en sus botas, le desee "¡buen Camino!" y instintivamente me dio la mano y un gracias sincero y certero selló un lazo de hermandad entre caminantes.
Abrir bien los ojos a las maravillas que se muestran ante nosotros es obligatorio |
Eso es el Camino de Santiago, como lo es también el canto de los pájaros, el sonido del agua en el riachuelo, el sonido de las pisadas sobre la hojarasca o el olor de los montes que saluda al caminante.Quién va al camino ya no vuelve igual, ese dicho en mi se ha cumplido, y un volveré ha surgido de mis labios, disfrutando de instantes de calma, de reflexión y de quietud, aunque también de sufrimiento, de desánimo y de claudicación, pero ¿no es la vida eso? un camino en el que ante nosotros se presentan rectas, curvas, pendientes, alegrías y tristezas.
Hasta los animales parecen comprender la motivación de esas personas que pasan junto a ellos |
La llegada a Santiago de Compostela fue otro momento muy especial, las calles se empinan y parecen poner la última dificultad antes de llegar a la Plaza del Obradoiro para saludar al Apóstol Santiago, pero un pequeño descenso gratifica el esfuerzo, y allí, al fondo aparecen estilizadas unas torres que marcan la meta de un recorrido con nuevos caminos por recorrer.
Como en la vida, hacer un descanso en el camino es necesario |
Tus palabras emocionan por su sencillez y sinceridad. Siempre, donde estés, buen camino!!!
ResponderEliminarGracias Ana, compartimos ese gusto y sensibilidad por las Letras y la Naturaleza.
EliminarPaquita....
ResponderEliminarMuy chulo.....hay que "sentir el camino".....magnífico.....
Gracias Paquita, incluso había perritos haciéndolo. Un saludo.
EliminarExperiencias que llenan el alma del que está dispuesto a vivirlas.
ResponderEliminarCierto, hay que estar preparado para cambiar sentir el cambio en cada paso. Gracias por el comentario y un saludo.
Eliminar